Airship, una asociación entre Transportes Bertolini y Engevix para la producción de aeronaves de carga, ya recibió sus primeros pedidos. El primer vehículo será entregado a Eletronorte en 2016 y se utilizará para el transporte de personal, equipos y torres de transmisión de energía a zonas remotas de la Amazonía.
El segundo será adquirido por la transportadora con sede en Bento Gonçalves (RS), que posee el 50% del negocio, para mover mercancías en contenedores entre la Zona Franca de Manaus y un centro de distribución vial en Goiânia.
Director de Bertolini y miembro del Consejo de Administración de Airship, Paulo Vicente Caleffi es misterioso acerca de los volúmenes de pedidos. En un foro de logística promovido por la Cámara de Comercio Brasil-Alemania, en Porto Alegre, el ejecutivo se limitó a decir que el contrato con Eletronorte vale R$ 30 millones y que la transportadora pasará a operar la ruta Manaus-Goiânia con un vehículo para el segundo semestre de 2017.
“El gobierno de [el estado estadounidense] Alaska también se puso en contacto con nosotros”, agregó el empresario, quien no informó el valor de venta de los futuros vehículos. “Los primeros serán más caros, pero con el aumento de la producción el precio tiende a bajar”, comentó. La empresa aún está desarrollando proyectos de “globo-grúa” y ya produce aerostatos (vehículos flotantes fijos), de los cuales al menos tres se utilizan en misiones de vigilancia en el país, agregó Caleffi, sin dar detalles.
El dirigible Airship comenzó a ser desarrollado en 1992 en sociedad con el Ejército, como parte de un proyecto que buscaba alternativas para el transporte de suministros en la Amazonía. Durante los estudios, los técnicos visitaron ocho países que dominan la tecnología y llamó la atención el uso del equipo para transportar troncos de madera en Canadá y mineral en Estados Unidos.
Posteriormente, Engevix, del grupo Desenvix, ingresó al negocio, interesada en encontrar un sistema para mover materiales de construcción en áreas remotas. Hoy, la empresa tiene su sede en São Carlos (SP), donde ya trabajan 50 ingenieros y se construirá una fábrica para el prototipo del vehículo. La licencia ambiental para la instalación de la unidad acaba de ser liberada, pero la producción a escala industrial podría realizarse más adelante en otra ciudad, lo que no ha sido revelado.
Según Caleffi, en los últimos tres años Airship ya invirtió R$ 30 millones en el proyecto, que será presentado a la presidenta Dilma Rousseff. El Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) ofreció una línea de crédito de R$ 130 millones, pero la idea es tomar prestados sólo R$ 9 millones, dijo el empresario. Caleffi dijo que, al menos por ahora, no hay planes para producir vehículos para vuelos turísticos.
Las aeronaves utilizarán gas helio, no inflamable, para la flotabilidad y contarán con cuatro motores diésel que les permitirán volar a 100 kilómetros por hora hasta los 700 metros de altura. Con ellos, un viaje entre Manaus y Goiânia tomará apenas 26 horas, contra ocho días, en promedio, necesarios para completar el viaje en camión. El precio del flete, según Caleffi, será “competitivo” en relación a otros modos de transporte.
Las primeras aeronaves podrán transportar hasta 54 toneladas de carga en contenedores, equivalente a la capacidad de dos camiones, con posibilidad de llegar a las 500 toneladas en el futuro. La tripulación estará compuesta por cuatro personas y la autonomía de vuelo alcanzará las seis sin repostar o los dos meses si se perfora el compartimento de gas con dos cañonazos. El vehículo estará fabricado con una estructura de fibra de carbono, lo que lo hace un 80% más liviano que los antiguos dirigibles que volaban durante la década de 1930, dijo Caleffi.
Valor se comunicó con la asesoría de Eletronorte, pero hasta el cierre de esta edición no había ningún representante de la empresa disponible para opinar al respecto.
Fuente: Valor Econômico
Por Sérgio Ruck Bueno | de porto alegre