El pasado viernes 14.02 de febrero fueron finalmente inaugurados los 50 km de ruta asfaltada de la BR-163 que faltaban para conectar Sinop, en el estado de Mato Grosso, con los puertos de Miritituba, en Pará. Si bien la pavimentación estaba lista desde noviembre de 2019, recién ahora, en febrero de 2020, se inauguró efectivamente la vía con la presencia del Presidente de la República.
Puede parecer poco, pero este tramo hizo que el viaje fuera muy predecible, dado que muchos vehículos cargados de soja se detenían en el camino debido a la mala calidad de la carretera.
En la temporada de lluvias, el viaje en camión desde el Medio Oeste hasta Miritituba o Santarém, que en promedio debería tomar de 4 a 5 días, tomaba 8 o 9 días. Esto encarecía el flete, y la incertidumbre de cuándo llegaría el vehículo al puerto siempre fue una preocupación para las empresas.
Con el asfalto vino la baja del valor de los fletes y una mayor certidumbre en la fecha de arribo a los puertos. Empresas del sector indican que sus tarifas de fletes ya han bajado entre un 15% y un 20%, así como el tiempo de viaje efectivamente reducido de 3 a 4 días, dependiendo de la ruta recorrida. Esos resultados traen mayor competitividad para la soja brasileña en el mercado internacional.
La buena noticia es que las empresas esperan que, con tarifas de flete más bajas, este corredor se mueva cada vez más. Esto está en línea con un estudio realizado por ILOS en 2007 sobre la logística de la soja en Brasil. En ese momento, la salida norte ya demostró ser una excelente alternativa, siempre que la BR-163 ya no fuera un problema.
En los últimos años, el sector privado ha invertido en la región construyendo nuevas terminales portuarias y, ahora, el gobierno también ha hecho su parte, pavimentando el tramo que aún estaba de tierra. Sin embargo, cabe mencionar que, tan importante como la propia pavimentación, es el mantenimiento necesario para que la vía pueda ser utilizada durante todo el año. Después de todo, el clima en el norte de Brasil es conocido por las fuertes lluvias que ocurren regularmente durante la temporada de lluvias. Ahora esperamos que: primero, el mantenimiento se realice con la regularidad necesaria para que el asfalto dure más de un verano, y segundo, que Ferrogrão salga del tablero y se haga realidad.
Soy consciente de que no construiremos un ferrocarril en el mismo velocidad con la que China fue capaz de construir un hospital, pero tampoco podemos esperar otros 30 años.