Tras la visita del presidente chino, Xi Jinping, a Brasil, el país sudamericano espera fortalecer los lazos con su mayor socio comercial y llevarlos más allá del comercio de productos básicos hacia productos manufacturados, pero eso puede no ser más que un sueño.
Los acuerdos que China firmará con Brasil cuando Xi se reúna con la presidenta Dilma Rousseff el jueves se centran en mejorar la infraestructura para garantizar que las materias primas que China ansía lleguen a los puertos, y los ferrocarriles son una prioridad absoluta.
Los funcionarios brasileños describen la visita de estado de Xi como un hito en la profundización de la asociación estratégica que impulsará la inversión china en la industria manufacturera de Brasil.
El comercio entre los dos países aumentó de 3,2 millones de dólares estadounidenses en 2002 a 83,3 millones de dólares estadounidenses el año pasado: el mineral de hierro, la soja y el aceite constituyen la mayor parte de las exportaciones de Brasil.
Los chinos llevan años prometiendo inversiones y en vano. Tres años después de anunciar planes para invertir US$100 mil millones en una planta de procesamiento de soja en un gran centro de almacenamiento en el oeste de Bahía, Chongqing Grain Group Corp solo ha nivelado un campo de XNUMX hectáreas.
Hubo pocos casos de éxito en las pocas inversiones realizadas. Dongfeng Motor Corporation, uno de los mayores fabricantes de automóviles de China, archivó un plan para construir una fábrica de camiones de mil millones de reales en Brasil después de una pelea con su socio local.
Los analistas dicen que los chinos no están interesados en invertir en manufactura en América Latina, especialmente en Brasil, donde los costos laborales son altos y los obstáculos burocráticos son muchos.
“Los brasileños tienen que entender que Brasil no es terriblemente atractivo”, dijo Riordan Roett, director para el hemisferio occidental de la Escuela de Estudios Internacionales Avanzados Johns Hopkins en Washington. “No hay crecimiento en el crédito y el gobierno no ha cumplido sus promesas de mejorar la infraestructura. Los chinos son muy conscientes de esto”. A menos que Brasil pueda volverse más competitivo, la inversión china se dirigirá a los países asiáticos oa los de la floreciente alianza del Pacífico, como México, dijo Roett.
Funcionarios brasileños dicen que China quiere entrar en asociaciones para construir ferrocarriles para transportar granos y minerales a los puertos brasileños.
Entre los proyectos en estudio se encuentran vías férreas a los puertos de Ilhéus, en Bahía, e Itaqui, en Maranhão, que están más cerca del Canal de Panamá y reducirían los costos de transporte.
China también está interesada en estudiar un ferrocarril a través de los Andes hasta la costa del Pacífico de Perú, lo que podría acortar significativamente la ruta comercial, dijo un funcionario del Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior.
Los funcionarios brasileños no esperan avances durante la visita de Xi en el punto muerto por la negativa de China a permitir que los grandes barcos de transporte de mineral de hierro utilizados por Vale utilicen puertos chinos, lo que obliga a la minera a transferir envíos desde puertos de Filipinas y Malasia y aumenta sus gastos.
Los esfuerzos de Brasil para fabricar bienes en China también han tenido problemas. China no ha aprobado la intención de Marcopolo, el mayor fabricante de autobuses de Brasil, de construir una fábrica o los planes del fabricante de aviones Embraer para modernizar una unidad en Harbin para construir los aviones E-190.
Fuente: Reuters
