El mes pasado, el nuevo gobierno publicó una lista de 9 empresas a ser privatizadas en los próximos meses, dando impulso a su iniciativa de privatización anunciada en la campaña electoral.1. Uno de los sectores que más puede ganar con la inversión privada es el de infraestructura, que hoy carece de inversión pública, con un monto equivalente al 0,68% del Producto Interno Bruto, según la Carta de Infraestructura, de Inter.B2.
Figuras 1: Evolución de las inversiones públicas y privadas en infraestructura en Brasil2
La Figura 1 muestra que el gobierno ha estado reduciendo los montos gastados en infraestructura y el aumento en la participación del sector privado en las inversiones no es suficiente para compensar esta caída. Por si fuera poco, tanto la Carta de Infraestructuras2 en cuanto a Panorama Brasil de Oliver Wymann3 indican que el nivel de inversión anterior, cercano al 2,2% del PIB, ya no fue suficiente para atender la demanda de la economía brasileña, con inversiones necesarias estimadas en alrededor del 4% del PIB.
Esto resultó en un alto déficit de stock de infraestructura que es absorbido por las empresas brasileñas, que hoy soportan altos costos logísticos para atender a sus clientes y, aun así, no alcanzan el mismo nivel de servicio que otros países. O Panorama ILOS “Costos Logísticos en Brasil” señala que, en Brasil en 2017, los costos de logística alcanzan el 12,0% del PIB brasileño, siendo los costos de transporte el 7,0% del PIB4, mientras que en Estados Unidos estas cifras son respectivamente el 7,7% y el 5,0% del PIB estadounidense5.
Figuras 2: Evolución de los costos logísticos en Brasil, en relación al PIB4
Con la restricción fiscal impuesta por el gobierno, la tendencia es que las inversiones públicas se recorten aún más y la prioridad será terminar las obras que ya están en marcha y ofrecer al sector privado los proyectos previstos para los próximos años, afirmó el secretario de Desarrollos y Asociaciones, Natália Marcassa2.
La esperanza de los empresarios brasileños es, entonces, que el gobierno federal y el Congreso Nacional continúen este movimiento de privatización, actuando en el sector de infraestructura de transporte, elaborando regulaciones que atraigan inversiones privadas y permitan un cambio en la matriz de transporte brasileña, actualmente sustentada por una precaria red de carreteras (24 km de carreteras por cada 1.000 km², mientras que Estados Unidos y China tienen más de 350 km de carreteras por cada 1.000 km²)4. Profesor del Departamento de Economía de la PUC-Rio, Vinícius Carrasco señala tres puntos fundamentales para que la iniciativa no se frustre: la crisis fiscal, la creación de regulaciones claras y la unificación de la empresa bajo el control de un solo sector3.
El modelo a seguir se encuentra en el proceso que viene atravesando el sector aeroportuario, que luego de consultas con representantes del sector privado, modificó las reglas de concesión aeroportuaria, reduciendo la concesión mínima y asociando la concesión de los bienes cotizados a la explotación de activos marginados. Con el Aeropuerto Internacional Franco Montoro (Cumbica), cedido en segunda vuelta por la entonces presidenta Dilma Rousseff en 2 con la exigencia de construir nuevas y modernas instalaciones, el sector ya está en quinta vuelta, con la privatización de 2012 aeropuertos este año y más 5 terminales están previstas para la concesión hasta 12, incluidas las concurridas Congonhas y Santos Dumont2.
Un sector que puede ser uno de los más favorecidos por una nueva estructura inversora es el modal ferroviario, cuyo bajo nivel de desarrollo genera una gran dependencia del transporte por carretera, como se evidenció durante el paro de camioneros de mayo de 2018. Un proyecto de ley en el Senado prevé la construcción de nuevos rieles y el uso de líneas desactivadas por parte del sector privado, lo que aceleraría la expansión de la red ferroviaria del país, lo que requiere un gran volumen de recursos que el gobierno federal no está dispuesto a gastar2.
Corresponde al sector productivo del país esperar y desear que la crisis internacional que se anuncia no asuste a los inversionistas extranjeros, hoy interesados en el potencial que ofrece el país6. Una revolución en la infraestructura del país podría significar menores costos (actualmente, el costo logístico de las empresas que operan en Brasil equivale al 10,7% de la facturación neta)4, mejor nivel de servicio y, principalmente, una reducción de la inseguridad, con operaciones mejor estructuradas y menor dependencia del transporte por carretera.
No XXV Foro Internacional de la Cadena de Suministro, que se realizará entre el 23 y el 25 de septiembre de 2019 en São Paulo, el presidente de Inter.B Consultoria, Cláudio Frischtak, participará de una sesión con el socio director de ILOS, Maurício Lima, y juntos discutirán el escenario económico , infraestructura y transporte de carga en Brasil. Es una gran oportunidad para discutir la fragilidad de la infraestructura de transporte nacional y sus impactos en el transporte de carga en Brasil.
Fontes:
[ 4 ] https://ilos.com.br/web/analise-de-mercado/relatorios-de-pesquisa/custos-logisticos-no-brasil/
[ 5 ] http://www.scdigest.com/firstthoughts/18-06-21.php?cid=14356
[ 6 ] https://veja.abril.com.br/economia/leilao-de-aeroportos-e-sucesso-e-revela-apetite-de-estrangeiros/