Cuando leo la noticia publicada el 02/05 por G1 “Anac establece reglas para el uso de drones y exige autorización para equipos de mayor tamaño”, que informa que la Agencia Nacional de Aviación Civil (Anac) aprobó un reglamento para el uso de drones, se Me vino el recuerdo de cuando estaba en casa y me encontré con uno en mi ventana. Los niños en la vereda, 10 pisos más abajo, se divertían con su nuevo juguete… Empecé entonces a reflexionar sobre los avances que la regulación y los propios drones traen a nuestra sociedad, frente a sus perjuicios.
Cada vez es más común ver uno flotando en el cielo, la mayoría para uso recreativo o para fotografía y filmación de eventos, principalmente fiestas y bodas. En una búsqueda rápida en Internet, es posible encontrar un anuncio de venta de drones por R$ 100 en Aliexpress, lo que permite un rápido crecimiento de estas funciones. Los profesionales, en cambio, pueden costar mucho más de R$ 10, alcanzar más de 100 km/h y tener una autonomía de más de 20 minutos. En 2015 ya había un curso de formación en Estados Unidos para volar uno y una enorme variedad de modelos disponibles para comprar en las estanterías de las tiendas de electrónica.
El reglamento establece principalmente que: los usuarios de drones no recreativos deberán ser mayores de edad; respetar una distancia mínima de 30 m con las personas, salvo que tengan autorización para distancias menores y con excepción de los cuerpos de seguridad pública; y necesitará autorización para vuelos por encima de 400 pies (aproximadamente 120 m) con equipos que pesen menos de 25 kg y para volar equipos que pesen más de 25 kg; Los drones que pesen menos de 250 g no necesitan estar registrados en Anac. Hasta entonces, las solicitudes de uso, en su mayoría para organismos de seguridad pública, se analizaban caso por caso. De esta forma, la regla queda clara para quienes pretendan adquirir y utilizar uno.
Muchos pueden catalogar esta regulación como una burocratización del uso de drones, pero con el “boom” de esta tecnología, entiendo que su control es fundamental. Sin embargo, incluso con reglas claras, ¿cómo puede garantizar que realmente se respeten? ¿Cómo controlar la fotografía o filmación por parte de personas no autorizadas? ¿Cómo garantizar que se utilicen principalmente para la seguridad pública y el aumento de la productividad de las empresas sin traer riesgos a la sociedad?
Esta “nueva” tecnología, que por un lado da miedo, tiene muchos beneficios para la sociedad en general y también en el ámbito industrial y empresarial. Entre sus aplicaciones, podemos mencionar:
- Entregas de mercancías: Amazon realizó su primera entrega a través de un dron en diciembre de 1 en Inglaterra (http://g1.globo.com/tecnologia/noticia/amazon-faz-1-entrega-de-produtos-usando-drone-voo-demorou-13-minutos.ghtml)-, drogas y suministros a largas distancias o en altitudes elevadas
- Control de mercancías y manejo de inventarios – Walmart tuvo esta iniciativa a mediados del año pasado (https://ilos.com.br/web/walmart-testa-drones-na-gestao-da-armazenagem/) -
- Rescatar personas, animales y objetos o buscar personas desaparecidas en lugares de difícil acceso y/o largas distancias como el mar, cuevas y cerros
- Investigaciones y mapeo de áreas de riesgo o lugares de difícil acceso como pozos
- Fotografía y filmación de eventos o para seguridad pública
- Inspección de equipamiento
- Propaganda
- Análisis topográficos
- Cultivos, para rociar pesticidas y polinización de plantas, o ganado y criar otros animales, para la liberación de alimentos
- Descubrimientos arqueológicos
Cuando digo que me asustan, me refiero no sólo a la invasión de la privacidad de las personas, sino también al aumento de su uso con fines militares, para detonar bombas y realizar espionaje, que protegen a los soldados pero amenazan la vida de miles de personas en una manera mucho más fácil. ; los accidentes que pueden ocasionar personas no cualificadas para su uso e incluso el riesgo que pueden suponer para las aves y el medio ambiente en general. La serie de Netflix “Black Mirror”, famosa por cuestionar los daños de los avances tecnológicos, estrenó al final de la 3ª temporada el episodio “Hated in Nation”, en el que trae una posible repercusión a los humanos por el uso de abejas polinizadoras.
Concluyo que la tecnología tiene más que agregar. Sin duda, los avances tecnológicos siempre vienen con el principal objetivo de hacer la vida más fácil a particulares y empresas, son una realidad y no hay vuelta atrás. Los beneficios que nos aportan son innumerables, son fundamentales para la evolución de la sociedad, la seguridad y la salud, y para el aumento de la productividad de las empresas. Por tanto, hay que aprovecharlos, pero con regulación, para que el descuido en su uso no los convierta en villanos.
Referencias:
https://multicopter.com.br/drone.asp
http://www.hardware.com.br/artigos/futuro-dos-drones-uma-uniao-entre-produtividade-medo/