Mientras que avances en el comercio minorista físico en los Estados Unidos, Amazon va camino de extender sus tentáculos virtuales en Brasil. Después de cuatro años vendiendo libros y kindles en el comercio electrónico, el minorista comienza a negociar con los minoristas de teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, tabletas y accesorios para venderlos en su mercado. Inicialmente, la idea es solo entregar los productos, pero hay planes para que la empresa almacene también los productos de los tenderos en centros de distribución en todo el país. Se espera que esta operación comience a operar en el tercer trimestre de este año.
Muchos creen que Amazon solo llegará replicando lo que ya hacen otros comercios electrónicos en Brasil. Es decir, tendremos plazos de entrega extendidos, principalmente para ciudades alejadas del eje Río-São Paulo, para sortear la tradicional ineficiencia logística del país y evitar posibles sanciones. De esta forma, Amazon sería una opción de comercio electrónico más, pero que se apoyaría en la fortaleza de su marca para ganar cuota de mercado.
Todo bien. No es solo la logística lo que frena a las empresas en Brasil. La burocracia, la locura fiscal, la inseguridad física y jurídica, la falta de mano de obra calificada, todo eso también debió contribuir a este período de maduración de la Amazonía en el país. Pero, como mi tema es la logística, tengo dudas: ¿Amazon realmente replicará la ineficiencia logística brasileña tradicional o ha encontrado la manera de llevar su nivel de servicio al país y realmente diferenciarse del resto del mercado?
Apoyo la segunda opción, y explico. Para uma empresa acostumada a, por vezes, entregar em menos de 24 horas em grandes cidades norte-americanas, ter que se submeter à prática usual brasileira de longos prazos de entrega, para poder garanti-los, seria quase um atentado à alma, e ¡la marca! Después de todo, además de ser la “tienda de todo”, también es conocida por su alto nivel de servicio, con una fuerte cultura de preocupación por el cliente.
Pero aquí viene el quid de la cuestión: ¿cómo Amazon ofrecería mejores niveles de servicio frente a todos los problemas logísticos que experimentamos a diario? Una opción sería comprar un transportista, aunque también le puede resultar difícil imponer su cultura. Otro sería presionar mucho a los proveedores de servicios locales para lograr niveles de servicios que son inusuales en el país, especialmente fuera del eje Río-São Paulo.
De todos modos, cuando Amazon ingresa a un mercado o segmento, invariablemente llega con fuerza, con altos niveles de servicio y precios bajos, incluso con pérdidas, literalmente asfixiando el mercado existente. No puedo imaginar por qué sería diferente en Brasil y creo que sacudirá el comercio electrónico nacional. Opciones, creatividad y conocimiento, Amazon tiene de sobra y seguiremos siguiendo sus próximos pasos.