Debido al vandalismo y al retraso en su finalización, un tramo del Ferrocarril Norte-Sur que inauguró la presidenta Dilma Rousseff el 22 de mayo deberá someterse a reparaciones antes de ser liberado para el tráfico de carga. La Agencia Nacional de Transporte Terrestre (ANTT) autorizó la operación de la línea entre Porto Nacional y Gurupi, ambas en Tocantins, pero condicionó la operación a la finalización de las reparaciones.
Este tramo de 220 km forma parte del tramo que une Palmas (TO) con Anápolis (GO) que la presidenta Dilma entregó hace tres meses, 27 años después de la emisión de la 1ª licencia preliminar de la obra. En realidad, la construcción comenzó recién en 2005 y se prolongó durante casi una década, con largas paradas en el período. Debido a esto, parte del material instalado se ha deteriorado.
Una inspección de la ANTT encontró durmientes de madera “inservibles”. Aunque se instalaron en 2010, se dañaron debido a la falta de mantenimiento de rutina durante una fase de construcción. Una de las condiciones para la operación de la línea es la sustitución de las traviesas. La semana pasada se marcaron con una “x” las que hay que cambiar.
El estado de semiabandono también facilitó la acción de vándalos, que sustrajeron material de sujeción, como clavos que sujetaban las barandillas, e incluso las propias barandillas. Incluso hubo un intento de robar una barandilla de un puente. Los ladrones lograron liberar a un lado, pero no repitieron la hazaña en el otro. La estructura fue colgada, según los informes.
El retraso en la obra también generó pasajes clandestinos en la vía férrea, informó la empresa estatal Valec, encargada de la construcción. Por ello, se está revisando todo el tramo para eliminar en la medida de lo posible estos cruces, ya que obligan a reducir la velocidad de los trenes. Siempre que fue posible, el paso acabó incorporándose a la calzada. Para ello, ha estado recibiendo la señalización necesaria.
Estos hechos, dice la ANTT, son lugares comunes. La dependencia niega haber autorizado la operación de una línea cuya construcción no estaba lista.
La resolución del organismo que autorizó el tráfico en el tramo también condiciona la operación a una fase de prueba. Al principio, los trenes circularán a velocidad reducida. Según Valec, esta precaución es necesaria para que los operadores se familiaricen con la línea.
Las obras de este tramo Norte-Sur se retrasaron por problemas contractuales.
Los contratistas abandonaron el desarrollo sin terminar completamente la obra, lo que obligó al gobierno a realizar nuevas licitaciones, para contratar solo las obras restantes. Faltaron patios de maniobras y obras de contención de quebradas, por ejemplo.
Operadores. Tras la inauguración del tramo Palmas-Anápolis, Valec ofreció la capacidad de carga del tramo, ya de acuerdo con el nuevo modelo, concebido en el actual gobierno. A través de él, las empresas interesadas en el transporte, denominadas Operadores Ferroviarios Independientes (OFI), podrán comprar el derecho de paso con sus composiciones.
La creación de dos figuras diferenciadas, el operador de línea y el operador de carga, es la característica principal del nuevo modelo. En el modelo antiguo, que sigue vigente, los repartidores juegan el mismo papel al mismo tiempo.
El proceso de oferta de carga está en curso y, según información del área técnica, hay al menos tres interesados en explorar el servicio.
El gobierno también analiza la oportunidad de otorgar la operación de la línea Palmas-Anápolis al sector privado.
Lanzado en agosto de 2012 como parte del Programa de Inversión en Logística (PIL), el nuevo modelo ferroviario enfrenta la desconfianza del sector privado. Las empresas aún están a la espera de la publicación de normas sobre el funcionamiento del seguro de garantía, que les garantizará una remuneración en caso de que los ferrocarriles queden inactivos. Para este propósito, el gobierno destinó inicialmente R$ 15 mil millones. Pero el valor puede aumentar si es necesario.
Fuente: Estado de S. Paulo