En Brasil, existe un gran número de leyes, reglas, normas y procedimientos que buscan reducir riesgos, ambigüedades e incertidumbres, aumentando el control sobre el comportamiento y las acciones de las personas. Esto ocurre debido a la característica cultural del formalismo, presente en nuestro país. Aparentemente contrarios al personalismo, otra característica llamativa de nuestra cultura, estos dos parecen compatibilizarse a través del “jeitinho”, como propone Roberto Da Matta. La consecuencia de esto son las discrepancias entre lo que se escribe y lo que realmente se hace, dando como resultado la creación de innumerables actividades y mecanismos de control en las organizaciones.
Hay muchas evidencias que sugieren la excesiva formalización requerida en Brasil en el área de Gestión de la cadena de suministro, como el ejemplo recurrente de la necesidad de transportar mercancías acompañadas de un documento de inspección en el lugar, que es emblemática por reunir las características del formalismo: exigencia de documentación escrita y mecanismos de control redundantes.
Se podrían presentar innumerables otros ejemplos para ilustrar los obstáculos en el área de SCM en Brasil causados por el formalismo, como el exceso y la complejidad de las normas tributarias, procedimientos aduaneros absurdos... Este tipo de formalización burocrática es extremadamente adverso a la gestión integrada de la cadena de suministro suministros, ya que dificulta el flujo de recursos entre los eslabones y hace que el proceso sea más lento y costoso.
Otra queja recurrente de los ejecutivos del área, la pérdida de tiempo, está relacionada, por un lado, con el formalismo (sus ineficiencias y dobles controles), y, por otro, con la propia relación de los brasileños con el paso del tiempo y el bajo nivel de orientación hacia el cumplimiento de los planes. Esta no es una característica que afecte exclusivamente a SCM, pero sí especialmente, ya que la agilidad y la productividad son beneficios buscados por sus prácticas, siendo directamente perjudicada por esta característica.
También se evidencia que el exceso de trámites crea dificultades que terminan abriendo espacio para la corrupción, lo que puede generar desigualdad en los mecanismos competitivos, ya que no todos tendrían que seguir las mismas reglas ni partir de la misma base de costos, lo que desincentiva la productividad y la integración. . Obviamente, la corrupción no es resultado exclusivo de la burocracia, ni se puede descartar su influencia.
Por todo ello, tan urgente como el tema de infraestructura, el área SCM, para desarrollarse en nuestro país, necesita una reforma que reduzca la burocracia de la operación, simplifique la tributación, elimine los “atajos”, evite la corrupción y favorezca la asociación entre empresarios. socios.