Al leer un artículo publicado ayer por Estadão, comentando el fracaso de las subastas de concesión de infraestructura logística en 2015, no pude evitar recordar el comentario hecho por el profesor John C. Taylor de la Wayne State University durante su charla en la Foro Internacional de la Cadena de Suministro el año pasado. También es hijo del profesor John Taylor de la Universidad Estatal de Michigan, quien ayudó a fundar la escuela de negocios FGV (FGV-EAESP), y por eso vivió algunos años en Brasil en la década de 50. La falta de infraestructura y la necesidad de Las inversiones en el país son las mismas que hace seis décadas.
En términos generales, el texto del informe dice que, de todas las subastas de carreteras, puertos y aeropuertos programadas para este año, sólo se vendieron 3 terminales en el Puerto de Santos. Todas las demás subastas fueron “aplazadas” para 2016. Sumado a esto la paralización de varias obras por falta de recursos, por la caída de ingresos, tenemos un escenario catastrófico para la competitividad del país en el largo plazo. En el corto plazo, la infraestructura ya no está sobrecargada solo por la crisis político-económica, que ha reducido significativamente la demanda interna.
O Plan Nacional de Logística y Transporte (PNLT), lanzado por el gobierno federal en abril de 2007 y que subsidió el Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC y PAC 2), parece que no se materializará. Este plan diseñó una nueva matriz de transporte para el año 2025, como se muestra en la Figura 1, con el objetivo de aumentar la eficiencia, eliminar cuellos de botella y reducir costos.
Figura 1 – Matriz de transporte brasileña propuesta por el PNLT para 2025
fuente: PNLT
A pesar de que hemos observado un crecimiento significativo de las inversiones en infraestructuras de transporte en los últimos años, desde el 0,2% del PIB a principios de la década de 2000 hasta algo cercano al 1% del PIB en los últimos años, esto todavía no es muy significativo en vista de la desafía a los brasileños. Para que os hagáis una idea, esta magnitud de inversión no nos permitiría construir los 2 kilómetros de vía férrea al año que necesitaríamos para alcanzar, en 2050, la misma densidad ferroviaria que tiene China hoy (solo para evitar una comparación embarazosa con la UU. y Europa).
El resultado de este fracaso se puede encontrar en el 4ta edición de Conectando para Competir: Logística Comercial en la Economía Global, informe elaborado por el Banco Mundial que evalúa la logística de 160 países y toma en cuenta la percepción de más de 1.000 empresarios de todo el mundo en relación a la eficiencia de la infraestructura de transporte de las naciones. En comparación con el ranking anterior, publicado en 2012, Brasil descendió 20 posiciones, ocupando ahora el puesto 65, detrás de otros países latinoamericanos, como Chile, México y Argentina. Este es el peor ranking en el país desde que se lanzó el ranking en 2007, como se puede ver en la Figura 2.
Figura 2 – Evolución de Brasil en el ranking mundial de logística
Fuente: Conexión para competir: logística comercial en la economía global
O Informe de Competitividad Global más reciente – 2015/2016 – del Foro Económico Mundial corrobora estos resultados y presenta una situación aún más dramática, colocando la infraestructura de transporte brasileña en la posición 77 entre las 140 naciones evaluadas. Con un diagnóstico tan claro, ¿cómo es posible no evolucionar en el tema y viabilizar las inversiones necesarias? ¡Esperemos que 2016 sea un año “menos peor”!
Referencias
<http://www2.transportes.gov.br/bit/01-inicial/pnlt.html>
<http://www.worldbank.org/content/dam/Worldbank/document/Trade/LPI2014.pdf>
<http://reports.weforum.org/global-competitiveness-report-2015-2016/>