Hace unas semanas, el consultor Henrique Alvarenga comentó sobre los avances tecnológicos que hemos presenciado y la forma dramática en que se espera que impacten nuestras vidas en el futuro.
Esta continua evolución del área y sus consecuentes transformaciones ya son consideradas por muchos como el inicio de la cuarta revolución industrial, que se diferencia de la anterior en cuanto a velocidad, alcance e impacto.
De hecho, ya hemos experimentado el comienzo de estos cambios en nuestra vida diaria. La casi total difusión de los smartphones y la paulatina desaparición de Blu-ray, antes considerados innovadores, son símbolos de estos nuevos tiempos. La tecnología cambia rápidamente y sus aplicaciones parecen no tener límites. En la cadena de suministro, la realidad no es diferente, como ejemplifica la consultora Fernanda Monteiro en el post “Tecnología en el transporte de mercancías por carretera“, donde destaca la primera entrega de productos por parte de un camión autónomo. De esta forma, los modelos de negocio previamente consolidados se ven confrontados con innovaciones que llevan a las empresas a repensar la forma de atender a sus clientes.
Uno de los mercados que ha vivido esta realidad es el editorial. En su pasado reciente, la industria del libro ha enfrentado dos desarrollos importantes que han tenido efectos significativos en sus operaciones. El primero fue la aplicación del comercio electrónico al sector, representado emblemáticamente por Amazon. La segunda, también con una gran participación de la empresa americana, se refiere a la entrada de libros electrónicos en el mercado, posible gracias a la creación de dispositivos electrónicos de lectura (“e-readers").
A pesar de los cambios y las consiguientes necesidades de adaptación, los apocalípticos vaticinios para el mercado del libro impreso ya han perdido fuerza. Según los registros del sistema de datos BookScan, creado por la empresa Nielsen para monitorear información de la industria del libro, ya es posible observar una disminución o estancamiento en la venta de libros digitales en Estados Unidos para el año 2015. Algunos creen que esto ocurrió principalmente debido a la dificultad de negociar los derechos de contenido. Por el contrario, la producción de libros físicos, antes condenada a su fin, se movió en sentido contrario, con un importante aumento de las ventas, volviendo a los niveles de 2011.
Figura 1 – Consumo de libros en Estados Unidos
Fuente: Nielsen – Revisión de fin de año de la industria del libro de EE. UU. de 2015
Estos análisis demuestran, por tanto, que todavía hay margen para otras transformaciones en el sector. Y es precisamente en este escenario donde una innovación más dedicada al mercado del libro físico puede tomar fuerza en los próximos años: la impresión de libros. en la demanda. Puede sorprender a muchos, pero la tecnología se utiliza desde 2006, año en que On Demand Books puso en funcionamiento su primer equipo (Espresso Book Machine – EBM), uno de ellos en la Biblioteca de Alejandría.
Unos cinco minutos es el tiempo necesario para imprimir un libro, que puede elegirse de una colección que cuenta con más de siete millones de opciones en los más diversos idiomas. Una vez más, la tecnología está rompiendo paradigmas. Si antes las grandes inversiones en activos, sumadas a las costosas operaciones de transporte y almacenamiento, obligaban a las editoriales a producir libros a gran escala, es decir, títulos con alto volumen de ventas, garantizando la rentabilidad del producto a través de economías de escala, con este nuevo equipo muchos de estos pasos se vuelven innecesarios.
Este fue el caso de la tradicional editorial universitaria francesa Les Puf, especializada en libros de humanidades y ciencias sociales. La empresa contó durante décadas con una librería ubicada en el centro de París, lugar que fue utilizado durante años como punto de encuentro de estudiantes e intelectuales franceses. Sin embargo, con la subida de los alquileres en la ciudad y la fuerte competencia del comercio electrónico, el establecimiento vio desplomarse sus beneficios, viéndose obligado a cerrar sus actividades. La decisión, sin embargo, no fue definitiva. Con la ayuda de la tecnología, la librería reabrió, no muy lejos de su antigua ubicación, esta vez en un espacio reducido (72 m²) y con una nueva propuesta: venta de libros hechos en el lugar.
Si en algunos mercados esta estrategia de producción sobre pedido (fabricación según pedido) genera pérdidas de ventas, debido al mayor tiempo de entrega comúnmente requerido, y/o mayores costos de fabricación, debido a lotes más pequeños, no se observa lo mismo. en este ejemplo. Todo sucede de manera muy rápida y eficiente, lo que permite a la empresa ofrecer un catálogo con alrededor de 5 libros propios (además de otros 3 millones de títulos elegidos entre los contenidos puestos a disposición por el fabricante de la máquina) sin generar complejidad en sus operaciones. También cabe señalar que de esta cartera exclusiva quedaron indisponibles 2 títulos, ante la imposibilidad de costear, en el modelo clásico, la producción de un ejemplar que vendiera 10 unidades al año.
Una vez más, la tecnología permite reconstruir la forma de operar de las empresas, rompiendo con viejas compensación's establecido en los modelos de negocio tradicionales. Este mecanismo de aplazamiento de la producción hasta su límite, también conocido como posponer proceso de fabricación, sin embargo, no es nada nuevo. En la literatura académica, la práctica se conoce desde la década de 50, mientras que los reportes de casos exitosos surgieron con mayor intensidad en la década de 90. Aún así, para muchas industrias, las limitaciones para la aplicación de esta práctica eran (o son) aún significativas, siendo crucial el papel de la tecnología en la búsqueda de nuevos horizontes, antes inimaginables.
Además, otro destaque en este ejemplo se refiere a la eliminación de algunos eslabones de la cadena, antes considerados esenciales. Con la disponibilidad de libros en línea y la producción directa en el punto de venta, notamos que la unidad de fabricación se vuelve prescindible, eliminando consecuentemente los procesos de almacenamiento, distribución y almacenaje, o sea, una verdadera transformación en la cadena de suministro, que pasa a tener una gestión mucho más sencilla.
Video 1 – Máquina de libros Express
Fuente: Youtube
Este es, sin embargo, solo un ejemplo más, entre muchos otros, de cómo la tecnología ha sido un auténtico agente transformador en nuestros días. Una pequeña muestra de cómo la vida aún puede cambiar radicalmente en sus más diversos aspectos. Naturalmente, aún se desconoce la velocidad de esta disrupción, pero las empresas deben estar preparadas para lo nuevo, ya que la cuarta revolución industrial aún promete grandes transformaciones.
Referencias:
https://ilos.com.br/web/copia-manufatura-compartilhada-em-tempos-de-baixa-demanda/
https://ilos.com.br/web/tecnologia-no-transporte-rodoviario-de-cargas/
https://ilos.com.br/web/postponement-como-mecanismo-de-reducao-de-estoques/
http://exame.abril.com.br/negocios/livrarias-comecam-a-imprimir-livros-na-hora/
http://br.rfi.fr/cultura/20160629-livros-impressos-na-hora-renovam-tradicional-livraria-de-paris
http://www.nielsen.com/us/en/insights/reports/2016/2015-us-book-industry-year-end-review.html
http://ondemandbooks.com/ebm_overview.php
ZINN, Walter. Retrasar el montaje final de los productos como estrategia de marketing y distribución. Revista de Administración de Empresas, São Paulo, v. 30, núm. 4, pág. 53-59, diciembre de 1990. Disponible . Consultado el 0034 de marzo de 75901990000400006.