Ayer, 7 de marzo de 2017, el Gobierno Federal anunció otro paquete de inversiones y concesiones para infraestructura logística. En los últimos 10 años, nos han presentado varios "programas de inversión". Dichos planes siempre estuvieron acompañados de un hermoso programa de marketing con inversiones de miles de millones, pero que al final no logró entregar ni la mitad de lo prometido.
Haciendo una breve historia, esta “sopa de letras” comenzó en 2007 con el CAP 1, que incluía inversiones entre 2007 y 2010. Luego vino el PAC 2, en 2010, con inversiones entre 2010 y 2014, siendo algunos proyectos los mismos del CAP 1. En 2014 vimos regresar con toda su fuerza al PIL, con inversiones previstas que superan las de 2018, además de presentar nuevamente proyectos inconclusos y obras de planes anteriores. Y ahora, en 2017, es el turno del PPI – Investment Partnership Program.
La meta del PPI es recaudar más de R$ 24 mil millones en 2017 solo con concesiones. Concretamente en logística entre 2017 y 2018 tendremos la concesión de 4 aeropuertos, 2 autopistas, 3 vías férreas y 2 terminales portuarias.
Sin querer juzgar los méritos de los proyectos, si son buenos o no, o si la prioridad es correcta o incorrecta, lo importante es tener una mejor planificación y control de ejecución.
En varias encuestas realizadas por ILOS con grandes empresas que operan en Brasil, la preocupación de los ejecutivos de logística siempre fue mayor con la ejecución y el cumplimiento del cronograma que con los proyectos seleccionados. Esto se debe a que, a falta de un proyecto y una planificación adecuada, surgen muchos problemas y dificultades a la hora de la ejecución, generando la necesidad de aditivos y retrasos.
Haciendo balance de lo que vimos en los últimos paquetes, la mayoría de los proyectos finalizados tuvieron superado su coste y/o plazo, con algunos más del 50%. Tener un aumento del 50% o más demuestra que el proyecto no se ejecutó bien o que hubo poca o ninguna planificación.
Los ejecutivos están acostumbrados a hacer proyectos, darles seguimiento, gestionar las incertidumbres a lo largo del tiempo y terminar a tiempo y dentro del presupuesto. El problema es que parece que quien maneja nuestro país no tiene la misma determinación.
De todos modos, ahora con un plan más, nos toca a los profesionales de la logística esperar y exigir que las obras y concesiones se realicen en los tiempos y costos estimados. No me gustaría, en 2020, volver a ver proyectos antiguos con solo "ropa nueva".