El inicio de 2020 ha presentado una rutina bastante desagradable para el habitante del Sudeste brasileño. Nubes negras adornan los cielos por la mañana, siendo presagio de tormentas que llegan al final de la tarde, provocando disturbios y tragedias. Es cierto que los problemas de inundaciones en las grandes ciudades no vienen de hoy, pero este año ha estado marcado por algunos registros desafortunados. En São Paulo, el nivel de precipitaciones de febrero fue el más alto del mes desde el inicio de la serie de mediciones, en 1943, y como hemos visto, la ciudad no estaba preparada para ello, al igual que Belo Horizonte, Río de Janeiro. , Vitória y ciudades cercanas, que también registraron picos en sus registros históricos.
Además de la enorme pérdida humanitaria, con cientos de muertos a consecuencia de las inundaciones (y también hay desplazamientos y enfermedades), no es difícil percibir una serie de pérdidas económicas y logísticas para el conjunto de la sociedad. Las estructuras se ven gravemente comprometidas, las carreteras se vuelven intransitables y los riesgos relacionados con la circulación de personas y mercancías aumentan considerablemente.
En la capital paulista, hubo una drástica reducción en la búsqueda de carga, y muchos de los transportistas que lograron salir a la calle sufrieron retrasos, conductores varados y pérdida de carga. Las operaciones de la CEAGESP estuvieron paradas durante días, ya que el agua alrededor de la bodega impidió la salida de los camiones e incluso invadió la bodega local, lo que obligó a disponer de más de 7 mil toneladas de alimentos. Algunos supermercados de la ciudad también sufrieron escasez y las empresas extendieron los tiempos de entrega debido a los desastres. Los problemas logísticos provocados por las inundaciones también dificultan la atención y ayuda a los damnificados, un reto que ya hemos comentado en alguna ocasión en el blog de ILOS (en los posts sobre logística humanitaria e logística de emergencia).
Esta realidad obviamente no se resolverá sólo con lamentaciones. Para no agravar el problema a largo plazo, es necesario trabajar en soluciones urbanas para contener el agua, y más seriedad y urgencia en los debates sobre el cambio climático. Desde el punto de vista de la cadena de suministro, las empresas que puedan ver afectados sus negocios y sus grupos de interés por este problema deben prepararse de la mejor manera posible para evitar pérdidas personales, financieras y materiales. Es necesario parametrizar las políticas de inventario teniendo en cuenta las posibles inundaciones, así como los activos utilizados, las estructuras ensambladas y los planes de transferencia y producción. Todos estos análisis deben estar respaldados por un buen plan de gestión de riesgos de la cadena de suministro, que evalúa cuantitativamente las probabilidades e impactos de caso fortuito y fuerza mayor, y elabora planes de contingencia en escenarios desafortunados.
Esperamos que los desastres de hoy sirvan de lección para todos los que pueden promover el cambio. No queremos hablar de récords negativos a partir de 2021...
Referencias:
https://valor.globo.com/agronegocios/noticia/2020/02/10/chuva-em-sp-leva-ceagesp-a-paralisar-atividades.ghtml
https://www.mercadoeconsumo.com.br/2020/02/13/logistica-fortes-chuvas-afetaram-o-transporte-de-cargas-em-sao-paulo/
https://valor.globo.com/brasil/noticia/2020/02/10/chuvas-afetam-comrcio-de-sp-em-ms-marcado-por-menos-dias-teis.ghtml
https://g1.globo.com/sp/santos-regiao/noticia/2020/03/03/queda-de-barreiras-bloqueiam-trechos-da-anchieta-e-conego-domenico-rangoni.ghtml
https://setcesp.org.br/noticias/com-chuvas-supermercados-de-sp-estimam-perda-de-r-30-mi-em-faturamento/
https://noticias.r7.com/sao-paulo/capital-paulista-tem-maior-volume-de-chuvas-para-fevereiro-em-77-anos-26022020