Algunas publicaciones han estado hablando sobre el éxito de los puertos del Arco Norte en la exportación de la producción de granos de Brasil. Este era un factor que, hasta hace poco, solo se conocía en teoría y que ahora también está demostrando ser un éxito en la práctica. Sin embargo, una barrera importante ya está poniendo en peligro las inversiones que los comerciantes vienen haciendo en terminales portuarias de la región: el estado de conservación de las carreteras brasileñas.
A pesar del giro vial que tuvo Brasil en la década de 50, lo que se ve a menudo en el país son caminos que no tienen condiciones para el paso del tráfico, pero que están en rutas importantes para el flujo de carga. Este es el caso de la BR-163, en su tramo entre la frontera de Mato Grosso y Pará y la ciudad de Santarém (PA). Ruta principal que conecta el Medio Oeste con los puertos del Norte, ¡la carretera aún tiene 100 km sin pavimentar!
Las consecuencias de esta falta de inversión se volvieron a ver en el primer trimestre de 2017. Las fuertes lluvias que suelen caer en la región durante este período (sí, la región Norte es famosa por sus lluvias) crearon verdaderos atolladeros en este tramo no pavimentado e incluso interrumpió el paso de vehículos en un período determinado, impidiendo su llegada a Miritituba (PA), desde donde embarcarían en barcazas para Santarém y otros puertos del Arco Norte.
Al ver los envíos de soja detenidos en la ruta, sin poder cumplir con los contratos ya negociados y con el riesgo de perder el producto, muchos comerciantes se vieron obligados a enviar los vehículos de vuelta a su origen. Además de los riesgos de pérdida de producción y pago de sobreestadía de los barcos (demurrage), los comerciantes se ven amenazados por multas por incumplimiento de los contratos, lo que puede causar pérdidas incalculables, además de dañar la imagen de Brasil. Como resultado, muchos están reprogramando la llegada de barcos a los puertos del Sur y del Sudeste, lo que aumenta los costos de salida de la producción.
La pavimentación de la BR-163 a Santarém es una obra que ya estaba prevista desde el PAC 1, anunciado en mayo de 2007. En ese momento, la previsión era que la obra estaría terminada en 2010, pero varios problemas a lo largo del camino quedan 100 km por pavimentar.
Según cálculos de la USP, el estado actual de la BR-163 significa que los costos de transporte de granos para los puertos del Norte son R$ 40 por tonelada más altos que para otros destinos con una distancia similar y una carretera de mejor calidad. Además de impactar los costos, las malas condiciones en la ruta alejan a los posibles operadores logísticos que podrían operar en el tramo, aumentando la competencia y posiblemente reduciendo los precios de los fletes.