Una encuesta reciente realizada por ILOS con grandes fabricantes de bienes de consumo en Brasil indica que alrededor del 20% de las empresas ya no trabajan con contratos formales con todos los socios de transporte. Entre el 80% restante, se están cerrando contratos con un horizonte promedio de 20 meses. Es importante recalcar que este tiempo ha ido cayendo en los últimos años, lo que indica que las empresas buscan cada vez más resultados a corto plazo, queriendo tener libertad para cotizar precios casi anualmente. Cuestionados sobre si el tipo de contrato era el mismo para todos los transportistas, la mayoría dijo que sí, es decir, no hay contratos más sencillos para operaciones con menos riesgo.
Figura 1 – En los últimos años, las empresas han reducido la formalidad en la contratación del transporte por carretera
Fuente: Divulgación de Mercedes-Benz
Aunque cada vez son más pequeños, la mayoría de los contratos tienen cláusulas de reajuste que permiten un traspaso de la inflación de costos para el período. En general, estos reajustes se basan en un mix entre indicadores económicos, negociación colectiva y variación de diésel.
También se identificó que el período promedio de pago de las industrias de bienes de consumo a los transportistas es de 41 días, superior al promedio de todos los proveedores que ronda los 34 días. Este plazo varía mucho entre empresas: mientras algunas requieren más de 60 a 90 días para el pago, otras pagan entre 20 y 30 días. Es importante tener en cuenta que los plazos de pago más largos pueden afectar las tarifas cobradas. Por cierto, hay transportistas que necesitan efectivo que se niegan a participar en los BID de empresas que tienen plazos de pago superiores a 90 días. Con menos operadores, menos competencia.
Otro punto interesante de la encuesta fueron las tarifas diarias de los vehículos utilizados. Con el cambio en la Ley del Conductor, el salario base bajó en promedio, pero los costos de viáticos y horas extras aumentaron. Actualmente, la tarifa diaria de un remolque varía entre R$ 250 y R$ 700, con un promedio de R$ 400.
Finalmente, el reto actual citado por las empresas es cómo hacer posible la contratación directa de trabajadores autónomos. En tiempos de presión por reducir costes y proliferación de aplicaciones que acercan a los autónomos a las empresas, la posibilidad de contratación directa puede indicar una posible caída del valor de la ruta hasta en un 15%.