Paralizada desde finales de mayo, por decisión del ONS (Operador Nacional del Sistema Eléctrico), la hidrovía Tietê-Paraná sólo debe volver a la operación regular en el primer semestre de 2015. Desde su interdicción, debido a la sequía en el Estado de São Paulo, Más de 6 millones de toneladas de productos dejaron de ser transportados, con especial énfasis en la cosecha de granos y salvados de Mato Grosso y Goiás. En 2014, sólo 500 mil toneladas de soja y maíz pasaron por Tietê-Paraná, frustrando las expectativas de los productores que esperaban disponer de 2,5 millones de toneladas por el corredor fluvial más importante del país. En 2013 se transportaron 6,2 millones de toneladas de carga como maíz, soya, petróleo, madera, carbón, fertilizantes y arena.
El motivo de la prohibición provino de una decisión del ONS de favorecer la generación de energía hidroeléctrica en las usinas Ilha Solteira, en el río Paraná, y Três Irmãos, en el río Tietê. Debido a la contención del caudal, con el objetivo de mantener altos los embalses, el calado del río Tietê fue reducido a niveles inferiores a los que permitían la navegación de convoyes. Las normas de navegación exigen un calado mínimo de 2,20 metros para la navegación.
El punto crítico está en un tramo de 10 km entre la usina Três Irmãos y la usina Nova Avanhandava, en los municipios de Andradina y Buritama, donde el calado es de 1 metro. Como resultado, la flota de 21 convoyes que operaba en la vía fluvial está detenida, lo que provocó cerca de 1.000 despidos entre empleos directos e indirectos y una pérdida estimada de R$ 700 millones entre los armadores, según el Sindasp (Sindicato dos Armadores de Navegação Estado de São Paulo).
"La decisión de preservar los embalses de las plantas fue incorrecta y provocó una crisis no solo entre los armadores, sino también en el sector agroindustrial, que se vio obligado a recurrir al transporte por carretera, que es un 30% más caro que el transporte por agua", dice Luiz Fernando Horta de Siqueira, presidente de Sindasp. Para él, los armadores están en posibilidad de reincorporarse a las actividades siempre que exista un plazo mínimo de tres meses para la recontratación de la mano de obra despedida. “Pero el mayor daño fue la pérdida de credibilidad del modal. Se tiraron 20 años de trabajo”, lamenta.
Con una longitud de 2.400 km, el tramo más importante de la hidrovía Tietê-Paraná es la ruta entre São Simão (GO) y Pederneiras (SP), responsable por el transporte de 2,5 millones de toneladas de granos y salvado del Medio Oeste. En Pederneiras, los productos viajan por ferrocarril hasta el puerto de Santos. Pero, con el paro, se transportaron en camiones alrededor de 2 millones de toneladas, en un recorrido promedio de 2.250 km. Según Edeon Vaz Ferreira, director ejecutivo de Movimento Pro Logística, la perspectiva de la cosecha de soja en Mato Grosso está prevista para mediados de enero debido al retraso de las lluvias. “Si la vía fluvial no se reabre en febrero, los camiones se atascarán en las carreteras”, dice.
Según Renato Pavan, presidente del comité de infraestructura y competitividad de Abag (Asociación Brasileña de Agronegocios), la pérdida estimada para el sector es de R$ 30 millones. Para el próximo año, la perspectiva es que la producción de soja y maíz en el Medio Oeste migrará progresivamente del modal fluvial al ferroviario, ya que hay previsión de llegada del Norte-Sul a São Simão y su interconexión con el puerto de Santos.
La Secretaría de Hidrovías del Estado de São Paulo, responsable por los 800 km del tramo paulista, trabaja con dos escenarios para la apertura. Los más optimistas pronostican el regreso para el 15 de enero, pero la decisión debe ser aprobada por el ONS, la ANA (Agencia Nacional del Agua) y el Ibama.
Fuente: Valor Econômico
Por Guilherme Meirelles | Por Valor, de São Paulo